Algunos especialistas en Felicidad, entre los que se encuentra Tal Ben Shahar (psicólogo, escritor de liderazgo y profesor de la Universidad de Harvard), cuentan con estudios que confirman que el éxito en la vida no es necesariamente fuente de felicidad y, en cambio, afirman que al éxito llegan más fácilmente las personas felices. Simplificadamente, ser felices en el trabajo es lo que nos lleva al éxito. Y es precisamente del binomio Felicidad-Éxito del que recientemente he hablado en ACCENTURE, a un grupo de mujeres jóvenes que están inmersas en un programa corporativo de formación para desarrollo de carrera.
Empecé preguntándoles si querían “brillar” (con sus fortalezas, sus logros y disfrutando de lo que hacen) o se conformaban con trabajar en la “sombra” dando más espacio a sus limitaciones, saboteadores y barreras mentales. Les comenté que en el conjunto de sus expectativas de desarrollo de carrera -enmarcadas en un entorno organizativo y cultural de oportunidades, como el que ofrece la empresa para la que trabajan- debían de contemplar sus propias capacidades, aportaciones y resultados, así como también su propio estilo de dirigir y de relacionarse con superiores y colegas. Y, todo ello sin olvidarse de lo importante que es creer en ellas mismas y de darse el valor que auténticamente les corresponda. Porque es, precisamente eso, lo que en gran medida nos acerca o nos aleja del éxito.
Qué nos acerca al éxito
En mi opinión, uno de los elementos que más determinan el éxito es el relativo a la autoconfianza y a la convicción sobre nuestras propias capacidades y logros. Conocer y creer en nuestra valía nos pone más fácilmente en el camino natural de conseguir destacar, aunque lamentablemente, esa creencia no va siempre aparejada a un alto nivel de estudios ni de experiencias importantes y satisfactorias. Porque muchas personas son demasiado duras e implacables consigo mismas, lo que observo repetidamente con clientes en los procesos de coaching.
Por eso, el título de la charla fue “Bienvenido Fenómeno de la Impostora”, con la finalidad de ayudarles a identificar si su desarrollo pudiera estar afectado por este tipo tan común de auto-saboteador o “torpedo” que genera a quien lo sufre cierto nivel de angustia y estrés, antagonistas de la salud y de la felicidad.
Qué define al fenómeno del impostor/a
Fue identificado en 1978 por las psicólogas norteamericanas, Pauline Clance y Suzzane Imes, y viene a representar una falta de autoestima para desarrollar un trabajo, lo que se suple con exceso de autoexigencia, presión y carga de trabajo para sentir que se tiene derecho al reconocimiento inherente al puesto que se ocupa.
Quienes lo sufren tienen la sensación de no estar a la altura; de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces; de estar engañando al mundo, porque sus méritos se deben más a la suerte que a sus propias capacidades. De ahí que mantengan conductas caracterizadas por buscar la perfección; no delegar; autoexigirse demasiado; ponerse un listón muy alto; y no sentirse merecedores de los reconocimientos y halagos.
Es más habitual de lo que creemos, todos lo hemos sentido alguna vez con mayor o menor intensidad, y entre las mujeres que han declarado padecerlo encontramos a exitosas ejecutivas, como Sheryl Sandberg (directora de operaciones de Facebook), famosas actrices como Kate Winslet y Jennifer López, y brillantes profesionales como Michelle Obama.
Consecuencias adversas del síndrome del impostor/a
Para las personas que experimentan dicho fenómeno, conseguir el éxito pasa por tener un mayor desgaste mental, emocional y social que en aquellas que no lo sufren; presentan incluso una peor salud (malos hábitos de sueño y alimenticios, problemas digestivos y óseo-musculares, entre otros descritos). No cabe duda de que para conseguir una saludable carrera de éxito debemos alejar todo aquello que nos reste salud y felicidad y potenciar las palancas que nos incrementen la autoconfianza y la seguridad en nosotros mismos.
En este punto de la charla, les hablé de cómo debilitar o desactivar lo que con un guiño bauticé como nuestra Lola P’lotas (esa vocecita interna que sin contemplación nos maltrata diciéndonos frases como “no vales tanto”, “ya has vuelto a meter la pata”, “has quedado de pena” y “otros lo hacen mejor que tú”).
Reencuadrar la realidad y transformar los “torpedos” en “palancas”
Para poder transformar el “torpedo” de la impostora en “palancas” impulsoras de la felicidad y del éxito, les propuse reencuadrar nuestra realidad y de ahí pasar a la ACCIÓN, a activar determinados comportamientos/acciones, aquéllos que más correlacionan con la felicidad, porque generan EMOCIONES agradables y constructivas. Para esta propuesta de activación de conductas utilicé el acrónimo de la palabra IMPOSTORA, a modo de guion fácil de recordar (ver infografía de las 9 PALANCAS PARA EL ÉXITO).
Como cierre de la charla les pedí que reflexionaran acerca de cuánto querían brillar en su trabajo y alcanzar un éxito saludable y sostenible. Para ello, les hablé de la importancia de buscar la felicidad a través de la salud integral (física, mental y social); de buenos lazos familiares; de las amistades; los hobbies; y el sentido o el para qué de nuestro trabajo, lo que los japoneses denominan IKIGAI o sentido de nuestra vida.
El Ikigai, como fórmula de felicidad
Las demandas de una posición directiva son siempre altas, por lo que en la gente más joven es más necesario reforzar la idea de que una carrera brillante no ha de pasar por renunciar a disfrutar con lo que nos gusta hacer, y que lo mejor es encontrar ese “ikigai” del que hablan sabiamente los japoneses. Consiste en hacer el trabajo que nos apasiona; para el cual tenemos las competencias para hacerlo bien; es de utilidad para la sociedad; y, además, nos pagan por hacerlo.
Es la combinación perfecta de Pasión, Profesión, Misión y Vocación. Aunque el ikigai sea para los japoneses como la fórmula infalible de la felicidad, lógicamente no está al alcance de todos y menos cuando eres joven. Pero lo que sí está al alcance de cualquiera es el ser consciente de nuestros auto-saboteadores, para desactivarlos adecuadamente y permitirnos así brillar cuanto antes con nuestras fortalezas, de forma que hagamos lo nos gusta, de la mejor manera posible y con el mejor resultado para todos. Desde esos parámetros de felicidad en el trabajo, el éxito -entendido como logros, estatus, poder, influencia y notoriedad-nos supondrá disfrutar de lo que hacemos y sentir orgullo por ello.Sí, además, conseguimos trabajar con eficacia las 9 palancas para el éxito que ayudan a desactivar nuestros propios “torpedos”, estoy convencida de que se alcanza una mayor autoconfianza y nivel de felicidad.
Infografía
Fundadora de HappyROI-la Felicidad que Renta; Vicepresidenta DirFel -Capítulo Madrid-; CHO. Executive Coach. PNL
Excelente artículo Inés
Muchas gracias Fabiana
Muy bueno el artículo. ¡Gracias!
Muchas gracias Emilio.
Magnifico artículo Inés. Estás haciendo un gran trabajo en un camino en el q queda mucho por andar.
Gracias por compartirlo!!!
Muchas gracias Pilar. Cierto lo que dices, y así cada paso es una zancada!sabemos que estos planteamientos han venido para quedarse.
Muy bueno el artículo gracias
Muchas gracias Nair
Fantástico Ines!
Muchas gracias Raquel
Gracias Inés, un artículo muy bueno.
Muchas gracias Margarita.
Inés muy bueno el artículo, explicado de una manera amena. Tomo nota de tus recomendaciones y con tu permiso lo comparto.
Muchas gracias Nayut por tu opinión, y soy yo la que te agradece que lo compartas.